JavaScript is disabled in your web browser or browser is too old to support JavaScript. Today almost all web pages contain JavaScript, a scripting programming language that runs on visitor's web browser. It makes web pages functional for specific purposes and if disabled for some reason, the content or the functionality of the web page can be limited or unavailable.
Vieraskieliset / en espanol

Al pecador se le esta invitando al reino de Dios

Siionin Lähetyslehti
Vieraskieliset / en espanol
15.11.2017 9.49

Juttua muokattu:

1.1. 12:06
2020010112065120171115094900

Pa­re­ce que muc­has per­so­nas ya no en­tien­den el sig­ni­fi­ca­do bíblico de la pa­lab­ra pe­ca­do. En las con­ver­sa­ció­nes es­pi­ri­tu­a­les se pu­e­de has­ta evi­tar hab­lar del pe­ca­do. Muc­has ve­ces se sien­te más fácil hab­lar so­la­men­te sob­re la gra­cia, amor y acep­ta­ción de Dios por­que ese tipo de con­ver­sa­ción nor­mal­men­te no ofen­de a na­die.

El pe­ca­do es sin em­bar­go uno de los con­cep­tos pri­mor­di­a­les de la fe cris­ti­a­na. Si en­ten­de­mos el sig­ni­fi­ca­do de ese con­cep­to, po­de­mos ver la gra­de­za de la gra­cia y perdón de Dios. Si una per­so­na no sien­te su pe­ca­do, tam­po­co sabe de­se­ar el perdón de los pe­ca­dos pre­pa­ra­do por Jesús Cris­to. De es­ta ma­ne­ra la per­so­na se qu­e­da como esc­la­vo del pe­ca­do.

Nin­gu­na per­so­na pu­e­de vi­vir asi que no hi­cie­ra pe­ca­do en sus pen­sa­mien­tos, pa­lab­ras y ac­tos. Según el San Pab­lo ”To­dos se des­vi­a­ron, a una se hi­cie­ron inú­ti­les; No hay na­die qui­en haga lo bu­e­no, no hay ni si­qui­e­ra uno.” (Ro­ma­nos 3:12).

Dios crea en el co­razón del homb­re año­ran­za para la vida eter­na y le da el re­ga­lo de la fe. Por la cai­da al pe­ca­do to­dos son sin em­bar­go cor­rup­tos por el pe­ca­do ori­gi­nal. El pe­ca­do siemp­re afec­ta a nu­est­ros pen­sa­mien­tos y ac­tos.

Según la bib­lia el pago del pe­ca­do es la mu­er­te (Ro­ma­nos 6:23). Sin em­bar­go por la fe y por los me­ri­tos de Jesús una per­so­na pu­e­de re­ci­bir el perdón de to­dos los pe­ca­dos y la vida eter­na como un re­ga­lo. Cada uno ne­ce­si­ta des­de su ni­ñez una crían­za que es según la pa­lab­ra de Dios para per­man­cer en la fe.

La ley de Dios mu­est­ra a uno que vive en la inc­re­du­li­dad, que el no ha po­di­do cump­lir con la vo­lun­tad de Dios. El ha hec­ho pe­ca­do y ne­ce­si­ta el perdón de los pe­ca­dos. Al creer en el evan­ge­lio proc­la­ma­do des­de la cong­re­ga­ción de Dios uno se li­be­ra del po­der la mu­er­te y de la inc­re­du­li­dad y se con­vier­te en miemb­ro vivo del Rei­no de Dios.

El re­for­mis­ta Martín Lu­te­ro desc­ri­be en el gran­de ca­te­cis­mo que el Rei­no de Dios es como una mad­re qui­en con la pa­lab­ra de Dios hace na­cer cada cris­ti­a­no y le apo­ya. Un crey­en­te ne­ce­si­ta cui­da­do del evan­ge­lio en la cong­re­ga­ción de Dios. El qui­en cree de co­razón se sal­va y ya aqui en el mun­do es partí­ci­pe de la vida eter­na (San Juan 6:47).

Tex­to: Pek­ka Ait­ta­kum­pu

Tra­duc­ción: T.K & J.K

Jul­kais­tu es­pan­jan­kie­li­ses­sä nu­me­ros­sa 15.11.2017

21.11.2024

Minä odotan Herraa kuin vartijat aamua, hartaammin kuin vartijat aamua. Ps. 130:6

Viikon kysymys