El hombre necesita descansar. Dios le dio a la humanidad un día de reposo como una bendición y fuente de gozo. El mensaje más importante del tercer mandamiento “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” es la santificación del día santo. Podemos tomar un día de descanso de los quehaceres cotidianos, quedarnos en paz y escuchar la palabra de Dios.
El día de reposo, que fue bendecido y santificado por Dios, es importante. Aunque a veces nos olvidamos de su significado. Hasta el pueblo de Israel se olvidó de su significado. Es por eso que Dios tuvo que darnos un recordatorio en el tercer mandamiento (Éxodo 20:8).
En el tercer mandamiento, se encuentran dos partes importantes: descanso y santificación. Estas dos, entendidas correctamente, incluyen la bendición de Dios. El descanso es parte de una bendición temporal que es imperativa para acoplarnos con la vida diaria. La verdadera santificación del día de reposo incluye una bendición eterna, porque nos lleva a la palabra de Dios. Este es el enfoque del día del Sabbath.
La bendición del descanso
El día de descanso es parte del orden de la creación: nosotros hemos sido creados para necesitar descanso. “porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.” (Éxodo 20:11).
El cuerpo y la mente son renovadas en el descanso. Es bueno detenernos y pensar sobre aquellos problemas que nos puedan estresar. ¿Habría alguna razón de no cambiar estos problemas diarios en el día del Sabbath para tener tiempo de descansar? Pasar un tiempo afuera de casa, en la naturaleza, puede proveer un descanso completo del cuerpo y del alma. El día del reposo también es una gran oportunidad para pasar tiempo con la familia, cuando no tenemos las presiones de nuestras tareas cotidianas.
Con el permiso de Dios y por mandamiento, podemos tomar un día para no trabajar. También es una manera de confiar en nuestro Padre Celestial sabiendo que Él nos cuidará. ¿Pero, Seis días de trabajo serán suficientes? “Seis días trabajarás, más en el séptimo día descansarás; aun en la arada y en la siega, descansarás (Éxodo 34:21). En esto se muestra la gran sabiduría de Dios.
Los mandamientos pueden convertirse en sí y nos, y podremos ver quién los sigue y quién no. ¿Se puede hacer esto o lo otro en el día de reposo? En los tiempos de Jesús, los fariseos usaban el Sabbath, el día dado por Dios, de una mala manera, solo para hacer su justicia. Ellos tenían una lista de cosas que eran prohibidas hacer en el día del Sabbath. Ellos se convirtieron en la estipulación para la salvación. Los evangelios nos dicen como Jesús terminaba discutiendo con los fariseos acerca del Sabbath. Los puntos de vista eran obvios. Para Jesús, el Sabbath era el evangelio: la buena palabra y un regalo de Dios. “También Él les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.” (Marcos 2:21). Uno puede hacer el bien en el día de reposo. Tenemos permiso de disfrutar el Sabbath.
La Palabra de Dios y la bendición interminable
La parte más importante de este mandamiento de dos partes es mantener el día de reposo como un día santo. Las sonoras campanas de la iglesia el sábado por la tarde, nos recuerdan el tercer mandamiento, el comienzo del día de reposo y su santificación. Lutero proclama en su catecismo que el día de reposo no necesita santificación propia. Este día ya fue creado santo. Pero Dios quiere que lo mantengamos santo. ¿Qué quiere decir esto? Lutero explica el tercer mandamiento “Debemos temer y amar a Dios, de modo que no despreciemos la predicación y su palabra, pero lo consideren sagrado y con gusto escuchemos y aprendamos.”
Domingo, el día en que Jesús se levantó de la tumba y el día santo de los cristianos es más que todo un día para la palabra de Dios. Escuchar y leer la palabra de Dios nos transmite la interminable bendición en la que vivimos y morimos. El evangelio, que es predicado con el poder del Espíritu Santo, nos habla de Cristo. Lleva a Cristo como regalo a todo quien escucha. Limpia los corazones a través de la fe y nos da fuerzas.
La Biblia nos dice que Jesús tenía la costumbre ir a la sinagoga en el día de reposo. Jesús es un ejemplo para nosotros. El santificaba el día de reposo al ir y escuchar el sermón. También, los cristianos en las congregaciones primitivas se juntaban a menudo en servicios de adoración. Está escrito en Hechos: “y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:42).
Dios sirve mediante Su palabra y Sus sacramentos. De esta manera, el día de reposo fue creado para la humanidad. Nosotros hemos de ser servidos; es un lugar de descanso y un oasis. Un hermoso santuario de iglesia, voces de niños en la sala del servicio, un himno cantado fuertemente y el mensaje eterno de la Biblia crea una atmosfera santa y también hacen del día de reposo una celebración. También, el experimentar la conexión de fe en los servicios, en la iglesia y en las reuniones con otros hermanos, se siente como una bendición y nos da fuerzas. La bendición del día de reposo fluye de Dios a nuestras vidas mediante el reposo y sobre todo, la palabra de Dios.
Nuestro Padre Celestial nos ha prometido mediante Su palabra, que un día, los creyentes podrán experimentar el verdadero día de reposo: “por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia”. (Hebreos 4:9-11).
Texto: Albert Halonen
Traducción: M. M.
Recursos: SRK Vuosikirja Ajankohtaista 2013 / Siunaus
Julkaistu espanjankielisessä kieliliitteessä 11/2014.
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