El sacramento en el lenguage eclesiástico, se refiere a las entregas que se perciben como especialmente importante y sagrado. La Biblia no habla de ninguno de los sacramentos, y varias denominaciones no están de acuerdo en su número. La iglesia católica y la Iglesia ortodoxa tienen siete sacramentos, las iglesias de la Reforma tienen sólo dos: el bautismo y la comunión. Las iglesias de la Reforma, o sea, las iglesias protestantes, exponen como sacramentos aquellos mandamientos, que se basan en el reglamento y la instrucción particular de Jesús.
La palabra audible y visual
El rasgo característico del sacramento es un elemento visible. Se llaman a la palabra visible de Dios. En el principio, Dios creó todo sólo por medio de su palabra. También la fe de la persona empienza por el oír de la palabra. La Palabra de Dios tiene potencia suficiente para transferir las montañas y para rupturar el corazón humano. La palabra de Dios es una herramienta invisible. También los sacramentosel bautismo y la comunión contiene la palabrada de Dios, además conlleva la materia visible. En el bautismo es el agua, en la comunión son el pan y el vino.
Lutero enseñó que el agua sin la palabra de Dios es simplemente agua, pero cuando se combina con la palabra de Dios, es la agua de merced de la vida. Del mismo modo, se puede decir que el pan y el vino sin la palabra de Dios son meros pan y el vino, pero cuando se combina con la palabra de Dios estos, son el cuerpo y la sangre de Cristo. La precencia del Salvador mismo existe invisible pero real en la comunión y el bautismo. Él mismo nos comparte su misericordia a través de materiales visibles. Los sacramentos son encriptados, maravillosos e incomprensibles para la razón. Fuera de la utilización de los sujetos de los sacramentos no contiene poder sobrenatural. Aún así, deben ser tratados con respeto.
Por medio de la sencilla enseñanza de la Biblia, la palabra de Dios tiene que anunciar a todos, pero los sacramentos se dividen aquellos que han recibido la palabra y la han creído. De acuerdo con la invitación de Jesús, los apóstoles predicaron el Evangelio en primer lugar, y luego bautizaron aquellos en cuyos corazones el Espíritu Santo había dado a luz a la fe. La mesa de la comunión no se puso a todas las personas en la Iglesia primitiva, pero solo los creyentes se reunieron alrededor de ella. Se utilizan los sacramentos adecuadamente cuando están recibidos en la fe. Al mismo tiempo, son como el juramento de fidelidad, porque Dios asegura a través de ellos, que Él es fiel y misericordioso con los pecadores. De esta manera se fortalecerá nuestra fe y nos da la fuerza y la esperanza.
A veces se tiene la impresión de que la salvación humana dependerá de los sacramentos. Sin embargo, la ausencia de los sacramentos no deja a nadie perderce. Sólo despreciarlos lo hace. Según la palabra de Dios, los sacramentos no cambian a un incrédulo en creyente, y también uno que ya fuera bautizado, puede dejar su fe. Tal hombre debe arrepentirse. Dios es misericordioso con el pecador, no se puede rechazar la absolución de un arrepentido.
¿Cómo enfrentamos a las cosas sagradas?
Los sacramentos son los actos sagrados, lo que significa que la cena santa no es la comida y la bebida habitual ni el bautismo es cualquier operación de lavado. La santidad de los sacramentos se debería ampliar para incluir el lenguaje común. El disfrute de la comunión y el disfrute de alcohol son cosas diferentes, aunque el vino sacramental contiene alcohol generalmente.
El bautismo es el sacramento de la salida al viaje que se realiza una sola vez. La somunión es el sacramento de la jornada, que se pueden disfrutar aún diariamente. En ninguno de los dos sacramentos se encuentra la edad apropiada de la Biblia, y la práctica varía. La edad adecuada y la práctica correcta sólo existen en nuestra mente, y dependen de la tradición. El bautismo de niños y el bautismo de adultos tienen igual valor, así como el bautismo de mojamiento y el bautismo de la inmersión.
Los padres pueden llevar a sus hijos con ellos a la iglesia de la comunión. Los niños también pueden venir a la mesa de la comunión. Después de todo, es la cena de la familia de Dios. Si se siente extraño llevar a los niños a la comunión, se puede solicitar que el niño sea bendicido. ¿Es posible de desear algo mejor para un niño que desear que “la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios el Padre y la precencia del Espíritu Santo esté con ustedes”? Para los niños hay razón conviene para enseñar simplemente la importancia de la comunión, decirles algo como esto: Jesús está realmente presente aqui, a pesar de que no lo podemos ver. El fortalecerá nuestra fe.
Texto: Yrjö Tala
Publicación: Vuosikirja 2006, Oikea ja väärä (Anuario 2006, El correcto e incorrecto)
Traducción: Veronika y David Navas
Julkaistu espanjankielisessä numerossa 16.11.2016
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